Hoy me levanté con las ramas de los almendros,
con el recuerdo del sueño vivido
entre la soledad de mis sabanas blancas,
como las flores del almendro,
y buscando la primavera de amanecer,
abrazada a ti...
Hoy aprendí que la vida es más bonita
si puedo pensar en ti.
Solo la sequedad de mi garganta al despertar
y el recuerdo del mordisco y el deseo,
que me despertó al alba,
tiñe con sombra las primeras luces
de esta mañana...
No estabas junto a mi...
El aroma del café que humea en la cocina,
despierta mis sentidos,
mi alma esta alerta desde las primeras
luces del alba.
Desde que te colaste en mis sabanas
sentí tu pecho desnudo contra mi espalda
y el susurro de tu voz,
enronquecida por el deseo, llamándome,
¡si, estabas junto a mi!.
No se discernir cuando estas junto a mí
y cuando el tiempo mata mis sentidos
para no pensar cuanto me falta
para poder estar junto a ti.
Primavera y antesala de abril,
besos que son playas de tus labios
y braceo a ellos, en el mar de los olvidos,
que tu rostro será el recuerdo eterno
de nuestro amor,
para darle a la primavera flores de pasión.
Por el balcón abierto,
a la primavera de mi alma,
se cuela el sabor de tus besos,
su aroma... y entre ellos, llegas,
te cuelas, te instalas,
y guías mis dedos en el teclado,
sembrando de flores al mismo,
para que mis palabras se transformen
en perfume escrito,
para que me huelas cuando me leas,
¡cerca, muy cerca, casi pegada a ti!.
Y mis palabras, en perfume transformadas,
emborrachen tus sentidos,
y sientas como te acarician
y veas por la ventana que esta mañana,
para ti, también camina abril,
y tiendas tus brazos para saciarme
de abrazos
y recordar juntos...
que si, que es primavera y estamos aquí,
y todo esto, para decirte, que hoy amanecí,
¡deseándote mi Amor
y pensando en ti!
Belén Sánchez Sánchez ©